jueves, 23 de abril de 2015

Nunca 08

principal del 1er piso, y ve hacia el cafetín, se dirige hacia allá, era el único lugar que le faltaba ver en toda la escuela, entonces ingresa, la busca como un loco, mira una y otra vez a todos lados, la busca en otras caras, para ver si encontraba entre esa montonera de jóvenes, esa carita mágica y angelical por algún lado, pero nada, no estaba allí tampoco, muchos le pasaron la voz y le ofrecieron servirse algo para conversar un rato, después de todo era la estrella de rock local, el chico de la escuela, al que conocían y al que siempre recibían amablemente, amigablemente pero que habían notado tan extraño últimamente, como que no era él esos últimos días, no era el Rocker que todos conocían, alcanzaron a gritarle algunos mensajes y comentarios positivos como: ¨Arriba esos ánimos¨, ¨Te queremos bro, con todo mañana¨, a lo que él solo se retiró del cafetín, al salir encuentra a José y Pool, siente ganas de golpearlos para desquitar su furia interna, pero solo atina a darles un abrazo, cuando alza la mirada, y alcanza a ver un grupo de chicas que se encontraban en el 1er piso subiendo las escaleras, Leo solo mira a una que iba en el grupo de chicas y aunque de espaldas a Leonardo, salió disparado, corriendo, embalado a toda velocidad hacia el 4to piso, quitando a Pool y José del camino con un fuerte empujón que en el momento no midió, ellas subían por la escalera del 1er piso del lado del cafetín, y Leo subía por la escalera que está al lado de la dirección, Leonardo se desentendió de todo y de todos, solo quería ir hacia allá, solo quería verla, sentirla cerca, sintió algo dentro que le dijo que era ella, estaba seguro, como si pudiera percibir su presencia cuando ella estaba cerca, de una manera mágica, y sintió que ella también iba hacia el 4to piso, algo le dijo que ella también se dirigía para allá, Leonardo mando a no sabemos dónde todos los nervios que sentía, y ahora se sentía más seguro que nunca, llego hasta el 4to piso en cuestión de escasos segundos, le tomó cuestión de un minuto o talves menos llegar hasta aquí, llegó casi sin aire, lo cual era malo, no podía hablarle así, ahogándose, casi sin poder decir dos palabras juntas sin tener que tomar aire, poco a poco empezó a recuperar color y oxígeno, Leonardo miró por todo el 4to piso, dio una ojeada rápida desde donde estaba parado a todo este piso, y no la vio, se tomó la cabeza con ambas manos, y cerró los ojos, mirando al cielo, tratando de explicarse que Dios sabe porque pasan las cosas, a lo que de pronto siente dos manos, una en cada hombro, Leonardo no voltea, sigue de espaldas a ellos, con los ojos cerrados, eran Pool y José, cuando Leonardo decide dar vuelta para caminar con ellos, José y Pool le sonríen y le señalan detrás suyo, cuando Leo regresa la mirada hacia donde la tenía, la encuentra, la encuentra a ella, aunque faltaban menos de un par de minutos para que termine el recreo, a Leonardo no le importaba anda, un segundo a su lado era suficiente para este loco adolescente enamorado, y entonces sucedió.
-          Leonardo la contempla un instante, la tiene a unos 30 metros – Ahí está, ahí voy – Y sale disparado.
-          ¡Hey bro!, ¡Cálmate! – Dicen José y Pool, quienes alcanzan a cogerlo del polo, y logran así detenerlo.
-          ¡¿Qué pasa loco?! – Dice Leonardo enfurecido luego de que lo detuvieron.
-          No seas hueco hermano como vas a ir así brother, todo sudando, no jodas – Dice Pool.
-          No me jodas, escucha loco faltan menos de unos tres malditos minutos para que termine el recreo – Dice Leonardo serio y algo molesto - ya no hay tiempo de nada, las cosas pasan por algo, así voy y punto, ya está.
-          Nosé bro, pucha además está con sus amigas buey – Dice José – o nosé llámala a un ladito, para que conversen, único eso.
-          Buena idea mudo – Dice Leonardo - eso haré.
Leonardo se para a un lado del balcón, cuando entonces, Alexandra lo ve, alcanza a verlo, le sonríe, y le mueve la mano, en señal de un saludo, gesto que Leonardo repite como hipnotizado, luego que reacciona, se lamenta porque en ese instante debió aprovechar para decirle que venga con él un momento, ella vuelve a mirarlo, y entonces Leonardo, ahora sí, como correspondía, le hace un gesto con la mano, pidiéndole que se acerque para poder conversar un momento, y entonces, Alexandra, la amada de Leonardo, se acerca a él, buena suerte Leo.
Leonardo la saluda con un beso en la mejilla derecha, ella solo le sonríe, Leonardo siente extrañamente que a pesar de haber sido solo un simple beso en la mejilla, a pesar de haber sido tan solo un simple saludo, siente ese beso como si hubiera podido posar sus labios en una diosa, en un ángel, Leonardo la 

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