jueves, 23 de abril de 2015

Numeros dos


NUmero doss

vida, mis días, mi alma y mi corazón en un amor a unos kilómetros al sur, y es ahora cuando de pronto sucede, algo se enciende, y es ahora cuando caes en cuenta, el mundo no cambió, todo sigue igual, la vida continúa, nadie cambió, fuí yo quien cambió, solo yo, y lo que más duele, es que después de un tiempo te das cuenta, ya nunca volverás a ser el mismo, jamás, yo cambié y así me quedaré, por siempre, las cosas nunca volverán a ser las mismas, y lo sabes, cambiaron.




-          ¡Oye ya levántate! - Grita presurosa desde la cocina Kassandra, mientras prepara el desayuno - Leonardo, ya es tarde – Dice, con un tono de voz algo más débil.
-          ¡Ya voy mamá! - Grita Leonardo desde su habitación, reposado en la cama, aún con sueño - otra vez lunes, ¨mother fucker¨ - dice Leonardo para sí con una voz aún sonámbula mientras estira los brazos hacia arriba y se refriega los ojos con ambas manos formando unos puños.
-Leonardo Vásquez, es el mayor de 3 hermanos, hijos de Kassandra, quien lleva una convivencia de algo de 17 años con su enamorado de la  escuela secundaria, padre de sus hijos, que con su seria personalidad y todo, parece ser un buen padre; Leonardo tiene 16 años, cumplidos hace un par de meses, es un tipo al que poco le interesa la escuela, parece ser el típico chico rebelde de 16 años, ama la buena música que sonaba en generaciones anteriores a la suya, todo el rock que se pueda haber creado, él lo conocía, dedicaba su vida a su instrumento favorito y a cantar, formó una banda de rock hace poco menos de un año, y no le va nada mal, es un artista neto, ama lo que hace, y se nota en cada presentación, show, evento o concierto que presenta su banda, en los cuales toda la gente queda complacida con los espectáculos que muestran, pero esto hace que tenga descuidados sus estudios en exceso, tanto que pudo haber perdido el año escolar en ocasiones, pero a Leonardo parece importarle poco lo que opinen sus padres sobre el tema.
Leonardo sale del cuarto, pasa por el baño, y luego se dirige a la cocina, donde esta Kassandra, su madre, preparando el desayuno:
-          ¿Qué hora es?
-          ¡8 y media!
-          Asu, ya, prepárame algo ligero, algo rápido nomás mientras me cambio
-          Ya, apúrate
-          Ya, viejis
-          Ay Leo, en vez de aprovechar el verano en hacer otras cosas o poder dormir un poco más, tienes que irte a estudiar en vacaciones para pasar esos cursos que jalaste, cuantas veces te lo repetí.
-          Ya mamá, no reniegues pues, ya está, además tú sabes que a mí la matemática nunca se me dió ni se me dará, yo voy a ser una estrella de rock, viejis – le dice con una voz segura y una gran sonrisa - y crearé un par de canciones para tí, mi viejita, en algún álbum de la banda – y ahora la abraza por la espalda dándole un beso en la mejilla.
-          Ay Dios, que haré contigo Leo – dice sonriendo, mientras sigue preparando el desayuno – ¡ya anda vístete rápido, se hace tarde!
-          ¡Okas viejis! – dice mientras se aleja, dirigiéndose a su cuarto.
Ya en clases, Leonardo llega muy a su estilo, como de costumbre, con todo el cabello aplastado y todo el cerquillo sobre su ojo derecho, que alcanza a tapárselo casi por completo, con un polo negro con el logo de alguna banda en el pecho, un pantalón negro muy pegado, y unas zapatillas del mismo color.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario