- más grande amigo de Leonardo - Paremos un toque – Insiste, algo cansado, pero complacido, vienen ensayando más de una hora sin parar, y ama tocar, ama la música, y bueno, también ama tener cada vez más fans y conquistas semanales - Debo ir a comprar una botella con agua, muero de sed – Nos encontramos en un verano mucho más caluroso de lo acostumbrado en esta ciudad.
- ¡Ya vuela cholo, altoque! – Dice Alejandro, guitarrista principal de la banda, muy delgado, de poco menos de 1.70 cm, sin dudas este es el típico chico que nació con una púa de guitarra bajo el brazo en vez de un pan, está en la misma escuela de Leonardo, y por el mismo motivo, también está en el vacacional de verano recuperando cursos – Nos queda media hora nada más, apura – Dice mientras afina alguna cuerda de la guitarra.
- No me demoro nada – Dice Marcos, saliendo del estudio con prisa.
A diferencia de Leonardo y Marcos, Alejandro no tiene como hobby ir enamorando o conquistando chicas al paso, no, Alejandro dedica su tiempo por completo y de lleno a su instrumento, y ahí radica su maestría al ejecutar los temas, asombrando al público con cada canción, con esa gran manera de tocar la guitarra.
- Tengamos unas 6 canciones bien sacadas para el sábado como mínimo – Dice Leonardo algo agitado, antes de darle un sorbo más a la limonada que trajo desde casa.
- Ya pues, entre estas 10 escojamos 6 – Dice Alejandro - Para darles duro y parejo hasta el sábado, 3 en inglés y 3 en español, será pues, ¿no?.
- Nada, puro ingles mejor - Dice Juán, quien es el nuevo baterista desde que Arnold hace poco más de un mes atrás, quiso ser la segunda guitarra de la banda, dejando a Leonardo solo como vocalista y ya no como guitarrista rítmico, a lo que Juán ingresó a la banda a cubrir el puesto en la batería – Esperemos a que regrese Marcos para conversarlo entre todos mejor pues.
- Si, mejor – Coinciden en responder Alejandro y Leonardo al mismo tiempo.
- ¡¿Oye, y tú?! – Dice Leonardo, en un tono de voz algo juguetón y en broma, con la mirada dirigida a Arnold, quien no responde – ¡Hey! – insiste Leonardo.
- ¿Ah? – Responde Arnold, con la mirada algo perdida, y totalmente desorbitada, totalmente desconectado, ¿Qué fue? – Dice, desenchufado totalmente y perdido de la ilación de la conversación que llevaba la banda, cuestionándose sobre el show que presentarán el sábado – ¿Ya acabó el ensayo? o ¿Vamos a seguir tocando? – Dice con una voz que demuestra que su cuerpo estaba allí, pero su mente, no – ¿Qué me ven?, hablen pues - Dice Arnold, quien está sentado en el piso, con la guitarra recostada en la pared, trae un short veraniego y un polo de mangas cortas, como anda normalmente, está desconectado, porque este es el típico chico que no puede pasar un minuto despegado de su móvil, usa el celular para estar pegado a las redes sociales a cada momento, y se concentra tanto en esto, que no oía nada de lo que hablaban los chicos sobre la presentación.
- Anda fumón – Dice Alejandro, en un tono algo serio - Ya suelta eso, estamos ensayando carajo – dice algo molesto ahora.
Son las 11 de la mañana, de un Martes 11 de Febrero, y Leonardo está sentado en una banca de la escuela pasando el recreo, este sería un día crucial en su vida, ya que, le pasaría algo de lo que él siempre se burló, y creyó talves no exista, y si en caso existe, pues a él, nunca, eso jamás le pasaría; había sido una mañana bastante extraña, hoy llegó temprano, se había despertado sin sueño y contento, y a él le extrañaba esto, se dió un duchazo antes de ir a la escuela, ya en su cuarto, mientras se vestía, oía su estación de radio favorita, una de buen rock, y luego de sonar un tema ochentero clásico, el cual Leonardo ya conocía, empieza un tema que jamás había oído, era un rock algo lento, como un rock romántico, casi un rock balada, por decirlo de alguna manera, era lo que Leonardo llamaba normalmente ¨Rock-Mántico¨, encuentra un ¨nose qué¨ en la canción, que lo deja movido, y hace que le fascine, quedó encantado con la canción, y no logra entender por qué, ya que, no era una canción complicada como a él le gustan, por el contrario, era una muy sencilla, y de un circulo armónico muy simple, pero tenía un toque especial, esa chispa que no había sentido en otro tema antes, un encanto único; llegó a la escuela pensando en esa canción que escuchó hoy por primera vez en su vida,
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