ciudad, Marcos ardía, estaba caliente al ver a sus fans en bikini o ropa de baño, cada vez que Marcos ve una mujer atractiva con poca ropa se vuelve completamente loco, y encima que la gran mayoría de estas chicas son admiradoras de la banda, no tendrían ningún problema en tener algo con alguno de ellos, por lo menos un día, después de todo eran todas unas estrellas de rock, los ídolos locales del momento, pero Marcos no quería fallarle a su mejor amigo y contuvo las ganas de lanzarse desnudo a la piscina y dar riendas sueltas a sus instintos como lo hace normalmente, mientras tanto Leonardo solo buscaba de manera desesperada a Ale con la mirada – Donde estas Lucía, tienes que estar aquí, vamos, yo losé, lo siento, lo puedo sentir, sé que estas cerca, te puedo sentir, espero no equivocarme, por favor aparece, necesito verte, donde estas bonita – pensaba Leonardo mientras seguía fijando la mirada en todas partes, buscándola como un loco.
Leonardo daba vueltas alrededor de la piscina junto a Marcos mirando y remirando a todas partes, hasta que se convenció, ella no está.
- ¿Sabes qué?, ahora sí, ya está, no vino, mira voy a caminar, cuando llegue la hora de tocar me avisas y yo voy para allá, tocamos, canto, y ya, listo, me regreso a casa, te veré luego, ya puedes entrar a la piscina ahora si quieres, gracias por haberme ayudado Marcos, de verdad hermano, te lo agradezco, cuídate, voy a caminar, me voy al mar, hasta luego – dijo Leonardo con un rostro deprimido – no tiene sentido que siga aquí si ella no está, tocamos y me voy, sin ella no tengo motivos para estar aquí ni en ninguna parte, supongo que pasaré la tarde durmiendo o que se yo, bueno, ya veré, adiós.
- Hey, espérame, acompáñame al balcón un rato, hemos saludado a la gente aquí abajo, pero hemos desairado a los chicos y a las hembrazas que nos saludaron allí arriba, anda, vamos Rocker, no te deprimas, yo te conozco y eres fuerte, si no es hoy, ya la buscarás mañana, o si no vino, pues luego de tocar te regresas y vas a buscarla a donde esté, osea hay mil maneras de seguir, no fastidies, algo habrá pasado, pero no te puedes deprimir, no Leonardo por favor, no me jodas con esas cosas, vamos a saludar y luego nos damos un baño aquí en la piscina, si quieres claro, para que se te pase el mal momento, ¿te parece? – decía Marcos, tratando de levantarle la moral a su inseparable amigo.
- Gracias hermano, eres el mejor amigo que puedo tener en la vida – dijo Leonardo, mientras respiraba profundamente tratando de calmarse.
Leonardo y Marcos subieron, y una vez aquí, trataron de relajarse escuchando un poco de música, Leonardo oía su álbum preferido de Guns N´ Roses, su banda favorita, con los audífonos puestos al máximo volumen, mientras Marcos oía un álbum de la banda Red Hot Chili Peppers, su banda preferida, también traía colocados los audífonos, ambos puestos de pie y pegados a la pared, estaban volando, para ambos la música es su droga, se encontraban sumergidos en su música y con los ojos cerrados construyendo un mundo en la inmensidad del espacio, cosas que los artistas o los que sienten la música en el corazón pueden llegar a vivir en el alma al apreciar un tema de su agrado, o mejor aún un álbum completo – bonita, porque me haces esto, déjame verte por favor, yo te amo, Lucía… Lucía te amo, mi diosa - susurraba Leonardo, mientras imaginaba que se daban un beso abrazados en la orilla del mar, Leonardo entraba en trance cada vez que escuchaba a Guns N´ Roses, y en este momento le caía perfecto, se sentía súper deprimido por que la única persona a la que en realidad había amado en su vida parecía no mostrar un mayor interés en él, Leonardo parecía poseído, tenía los ojos cerrados y solo se dejaba llevar por las vibraciones y los riffs de la guitarra, por las melodías hermosas y perfectas que ejecutaba toda la banda en general, cuando se encontraba volando por los cielos, de pronto una llamada detiene la música, Leonardo se enfurece – no puede ser, a quien demonios se le ocurre interrumpirme cuando estoy escuchando a Guns N´ Roses – era Alejandro quien lo estaba llamando, entonces Leonardo se dispone a atender la llamada, y contestó.
- Hola
- Habla, ¿que fue?, ¿en dónde andas?
- Estoy en la piscina
- ¿Te has metido a la piscina? – dijo Alejandro, riéndose.
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