jueves, 23 de abril de 2015

Nunca 03

pero, este no sería el verdadero motivo de como mencioné anteriormente, hoy sería un día crucial en la vida de Leonardo, hoy encontraría algo que no buscaba, encontraría a esa persona culpable de todas sus inspiraciones, encontraría la causa de que no vuelva a dormir tranquilo en su vida, la única causante de sus desvelos, cada uno de ellos.
-          ¡Está buenísima! – Dice Leonardo en una banca de la escuela - De verdad, se los juro, Tienen que escucharla de todas maneras – Con una cara de emoción que pocas veces han visto Alejandro y José en Leonardo.
Luego de una breve conversación, caminan hacia el último piso de la escuela, subiendo las escaleras mientras hablaban temas irrelevantes, ya que, su áula, se encontraba en este piso, al llegar ahí, se paran fuera de este, y siguen la conversación aquí, fuera del salón, cuando suena la campana que indica que el recreo terminó, a Leonardo se le ocurre ir al baño, al trasladarse hacia los servicios, observa un aula de la academia de la escuela, ve chicos entrando a esta, y de pronto, siente como un instinto de mirar hacia atrás, unas ganas que no pudo controlar, y al voltear, la encuentra, la encuentra a ella, la chica más hermosa que había visto jamás, tiene unos ojos marrones de ensueño, que en un instante hipnotizaron a Leonardo, una mirada que podría enternecer hasta al tipo más frío, unos labios que Leonardo podría admirar por horas sin cansarse, y una sonrisa que enamoraría a cualquiera; Leonardo quedó sin reacción, y empezó como a temblar al ver que se acercaba y pasaría a su lado, pasaría por su costado junto a dos chicas más, Leonardo se quedó viéndola directo a los ojos, y ella al darse cuenta, alcanzó a sonreírle al pasar por su lado, a lo que Leonardo en reacción a este primer contacto, sintió como su pulso se aceleraba e iba cada vez más rápido, luego de que pasara por el lado derecho de Leonardo junto a sus amigas, ingresó inmediatamente a un salón de la academia preuniversitaria.
-          ¿Te pasa algo? – Preguntan José y Alejandro, algo intrigados, ya en el salón, habiendo concluido el recreo.
-          Es… hermosa… - Repite Leonardo sin parar, como si estuviera hipnotizado. – Es… hermosa…
-          ¡¿Pero quién?! – Grita Alejandro, con coraje y curiosidad – A cada rato repites lo mismo como imbécil, ¡¿quién es hermosa?!
-          ¿De quién hablas Rocker?, habla – Pregunto José - Aterriza, Leo – dice con una leve preocupación - De verdad nunca te había visto así ah, felicidades Rocker, parece que te has fumado un troncho, pareces drogado, ay el amor buey - Dice ahora riéndose a carcajadas.
-          Cállate imbécil, esto no puede ser nada bueno - Dice en voz muy seria y preocupada Alejandro – espero que no sea lo que imagino, si se enamora de verdad, le quitará tiempo de ensayar en su casa, espero que sea otra cosa lo que tenga este imbécil carajo.
Ya en horas de la tarde, se encuentra Leonardo reposando sobre su cama, está boca abajo, con la almohada sobre la mejilla izquierda, mirando hacia un lado, con la mirada vacía, una mirada perdida y proyectando en su mente el recuerdo de esos segundos en que tuvo en frente por primera vez, al amor, un sentimiento que él no conocía, no había sentido esto por nadie, nunca, era nuevo para Leonardo, ahora se encuentra recuperándose de ese shock en el que estuvo desde esta mañana.
Que hermosa es… – Pensaba Leonardo, que ahora esta boca arriba, mirando hacia el techo blanco de su cuarto, desde que regresó de la escuela, no ha mudado de ropa, y solo ha comido una manzana, ya son horas de la noche y sus padres insisten en que salga a cenar, Saúl y Kassandra, los padres de Leonardo, piensan que su hijo ya había almorzado, Leonardo les mintió aprovechando que habían salido, Leonardo pide un momento más antes de salir al comedor, que se le abra el apetito señala – Ya me van a obligar a cenar, por un día que no lo haga no pasa nada, ¡que tercos son, Dios! – Pensaba en voz baja Leonardo, mientras en su mente no dejaba de repetirse el recuerdo de la mujer más preciosa, la cual jamás había visto antes en su vida - ¿Qué carajos me está pasando?... ¿Por qué ¨miércoles¨ siento esto?... ¡Dios!, ¡Por qué!, ¡yo no pedí sentir esto! – Dice ahora puesto de pie a un lado de su cama, gritando, encerrado en su cuarto, tomándose la cabeza con ambas manos, cogiendo fuerte su cabello, con los ojos cerrados y el gesto fruncido - Es solo una chica más, una muy linda, pero nada más – Dice ahora Leonardo con una voz mucho más calma y tranquila, sentado en el piso, frente a 

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