- De que se dieron cuenta que nos pusimos aquí cerquita por ellas, y ahora quieren que las sigamos, quiere que la sigas Rocker, vamos no seas quedado, vamos a acercarnos otra vez – dijo Marcos, viendo a Leonardo, con ganas de lograr su cometido
- ¿Tú crees? – preguntó Leonardo, llevando una de sus manos a su cabello, y la otra a la cintura
- Estoy seguro, vamos – dijo emocionado Marcos
- Ya dale – respondió rápidamente Leonardo, sobreponiéndose al nerviosismo
Ahora cruzaron, y están nuevamente muy cerca, Leonardo tiene muy cerca a Lucía – ahora es cuando – piensa para sí Leonardo.
- Muy bien ahora sí - dijo Leonardo, mostrándose muy decidido.
- Ahora es cuando Rocker – respondió veloz, Marcos.
- Lo sé
- Mira como se ríen, típica risita nerviosa de las niñas bonitas – dijo Marcos, viendo a Sofía reír, contemplándola, en verdad se sentía atraído
- La amo loco, la amo – respondió Leonardo viendo a Lucía, hechizado
- Entonces ve – dijo Marcos, dándole una palmada en el hombro a Leonardo
- Ahí voy – respondió Leonardo, dispuesto a dar el primer paso, avanzar hacia Lucía
- Espérate, ¿vamos? o piensas acercarte solo – dijo Marcos deteniendo el paso de Leonardo
- No losé – respondió Leonardo con una mirada franca
- Mejor primero ve tu solo – dijo Marcos mientras se dieron cuenta que se volvieron a cruzar, Lucía y Sofía estaban enfrente una vez mas
- ¿Es enserio? – preguntó Leonardo, quien no entendía esto
- Valla, sí que les gusta jugar - dijo Marcos sonriendo muy relajado, tapándose la boca con la mano, frotándola, como pensando que hacer
- ¿Ahora qué hacemos? - preguntó ahora Leonardo, algo desanimado después de esto último
- En la repetición está el gusto – dijo Marcos, respondiendo la pregunta con mucha calma y cierta frescura
- Ya entiendo perro, iremos de nuevo entonces – respondió Leonardo con una sonrisa picara
- 3… 2… 1… va… - contó Marcos como señal, y cruzaron una vez más, una vez allí, vieron que ellas ya notaban con risas pero talves algo incómodas en su interior la presencia insistente de ambos chicos
- Ahora, a la que va, acerquémonos de una vez ¿qué no?, vamos – dijo Leonardo, mientras se detuvo a ver que Lucía se reía, talves un poco nerviosa, expectante quizá – que hermosa eres… cuando sonríes te ves como una diosa… verte alegre me alegra más a mí también… este día recién comienza, y vamos a empezarlo bien, juro hacer de este el mejor día de tu vida, aunque aún no me conozcas bien, yo te haré sentir una conexión inmediata, trataré de transmitirte por todos los medios posibles que este amor es único y para siempre, distinto a todo el que se pudo haber sentido antes, hoy es el día en que conocerás el verdadero significado de un hombre amándote tal como eres y haciéndote sentir como una diosa, la reina de mi vida – pensaba Leonardo viéndola, con una sonrisa romántica
- ¡Hey ustedes dos! – dijo Valentín, desde la orilla de una piscina, acompañado de Alejandro y Andrea, su enamorada
Valentín, era integrante de la banda en algún momento, el canta, toca teclado y piano, normalmente usa unos lentes que lo hacían ver como un intelectual, el cabello ligeramente retocado como hacia un lado, delgado y como de 1.65cm, era corista y tecladista de la banda en su momento, un artista tal cual Leonardo, ambos tenían esa sensación de que muy pronto podrían componer sus propios temas, ambos tenían mucho en común, salían con Marcos a todas partes, eran inseparables, pero Valentín cambió, se enamoró, hace poco más de un mes conoció a Andrea, y hoy es el hombre más feliz, ellos van bien, Valentín intentó conquistarla por todos los medios desde el primer día en que la vio, y luego de batallar, la conquistó, hoy son muy felices, decidió salir de la banda, cuando quiso ser solista, ahora con Andrea y el amor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario