jueves, 23 de abril de 2015

jamas 18

-          Que tal Leonardo, como estas – dijo la señora Carla al mismo tiempo que Leonardo le daba un beso en la mejilla izquierda como saludo.
-          Bien… todo bien, gracias – dijo Leonardo, fingiendo una sonrisa – y díganme, ¿ya saben a qué hora tocamos más o menos o aún nada? – Dijo ahora, mirando a los chicos, expectante a una respuesta por parte de alguno de ellos.
-          A la 1 y media será por lo menos, así me dijo el director de la academia hace un momento que lo vi pasar.
-          Bien, perfecto entonces, aún falta mucho, van a ser las 11 recién, ¿me llamaron para algo más señora? – Dijo Leonardo en una tonalidad de querer irse de ahí lo antes posible, como llevando prisa.
-          ¿Estas apurado? – dijo la señora Carla.
-          No, solo que necesitaba meditar un poco, ya sabe cómo soy y este lugar me gusta, es perfecto para meditar.
-          Pero, tú ¿no meditas solamente cuando te encuentras solo?
-          Pues sí, y por más que hayan miles de personas aquí, si camina de frente llegará un momento en el que se encontrará desolada, y me encanta sentir como revientan las olas, siento que puedo ver cosas distintas a los demás, como si viajara al espacio por un instante, nosé, me encanta.
-          Ay Leíto, como hablas - dijo la señora Carla, sonriendo como enternecida, y emocionada al escuchar las palabras de Leo – de verdad me sorprendes, eres todo un artista, cuando escribas tus propias canciones darás mucho de qué hablar, estoy segura – dijo soltando una risa moderada y cogiéndole la quijada con la mano derecha, acariciando con sus dedos el rostro de Leonardo.
-          Ay, pues… gracias – dijo Leonardo, incomodado por las manos juguetonas de su manager – bueno, ya me tengo que ir, les veré luego seguro.
-          Espera – Dijo la señora Carla, rápidamente.
-          Leonardo volteó y la miró fijamente – ¿sí?
-          ¿Tienes en donde dejar tus cosas?
-          Ah, cierto… no, la verdad es que no
-          Entonces acompáñame a que les presente el ambiente que los organizadores han separado para ustedes, acompáñanos, tienen un lugar para ustedes, es un ambiente que les han facilitado aquí los promotores para que estén relajados y den una gran concierto, ve un momento y deja tus cosas ahí, y come algo allí si no tomaste desayuno o si tienes hambre, y luego ya vas a andar si quieres.
-          Bueno, está bien, la verdad es que no tengo hambre, pero dejaré mis cosas ahí, gracias.
-          Vamos entonces – Dijo la señora Carla, mientras avanzaba y los chicos seguían el paso.
-          Bonita… donde estarás, necesito verte, dejaré mis cosas rápidamente e iré a buscarte, no aguanto un minuto más sin verte, mi dulce niña, te amo tanto mi ángel – Pensaba Leonardo mientras caminaba, cuando entonces Marcos se acerca a él.
-          Hola.
-          Hola – Respondió Leonardo, bajando la cabeza, con un rostro apenado, se sentía mal por como trató a Leonardo, después de todo, eran los mejores amigos, y sabía de ante mano que seguramente iba a reaccionar mal y ahora se arrepiente de lo dicho, tiene temor de haber dañado a Marcos con sus palabras.
-          Oye, quería decirte que lo siento, ¿sí?, antes que me vallas a largar otra vez, primero escúchame – dijo Marcos.
-          ¡Hey!, cálmate, no pasa nada, ya se me pasó, todo está bien, descuida – dijo Leonardo sonriéndole a su gran amigo – eres mi hermano, feo – bromeó.
Bueno si, pero es que también nosé como esperabas que lo tomara pues, osea, pucha me chocó pues, y bastante, pero ya le di muchas vueltas a esto en mi cabeza, y te felicito Rocker, de verdad – dijo Marcos viendo a Leonardo – o bueno te doy mi más sentido pésame, las relaciones formales me dan asco, sé que todas son una tortura, hemos visto mil casos de esos, 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario