jueves, 23 de abril de 2015

jamas 26

en su vida, prefería ser solista, y empezar su carrera musical como baladista, tocando teclado y cantando sus propias canciones, esas típicas románticas que tanto gusta oír e interpretar Valentín.
-          Ahí están, ¡bajen! – gritó Alejandro, quien traía puesto solo un short de colores celeste y verde agua
-          ¡Hey!, ¿hace cuánto llegaron? – dijo Leonardo, viéndolos.
-          No mucho, recién, y ¿qué esperan?, ¡bajen! – dijo Valentín, quien también solo tenía puesto un short de color negro, con una franja roja, llevaba una mochila en la mano izquierda, y estaba tomado de la mano con Andrea, viendo a Marcos y Leonardo quienes aún estaban aún en el balcón.
-          Hay que bañarnos un rato, tiempo que no hacemos joda en la piscina – dijo Alejandro, cubriéndose con una mano la vista, los rayos del sol empezaban a dar con más fuerza
-          Vamos – le dijo Marcos a Leonardo en voz baja, viéndolo a los ojos
-          No puedo, tengo que hablar con Lucía, mira Marcos, es un gran día, si quieres divertirte, yo no te amarro, bastante hiciste con acompañarme hasta aquí, si deseas ve tú, ve, escucha es un día muy importante para mí, de verdad la amo, y no quiero perderla, luego yo los alcanzo – respondió Leonardo poniendo una mano sobre el hombro de Marcos, viéndolo con unos ojos llenos de sinceridad
-          Está bien, sé que todo saldrá bien, no me necesitas ahora, tu puedes, si la amas de verdad no hay forma de que las cosas no se den bien, bajas al ratito, para ahogarte – dijo Marcos
-          Calla baboso – respondió Leonardo, riéndose deliberadamente
-          Oye, si puedes bajas con ella – dijo Marcos
-          ¿Enserio?, ¿tú crees que quiera? – respondió Leonardo
-          Pues ojala que si – dijo Marcos
-          ¿Por qué? – respondió Leonardo
-          Para que meta a la piscina a su amiguita – dijo Marcos, viendo a Sofía
-          Mira, si todo se da bien, yo te la presento, normal, ojalá ahí ya por fin sentaras cabeza – respondió Leonardo, dándole una palmada en la nuca Marcos
-          Eso jamás, yo soy libre, y además a mí nadie me presenta a nadie, yo solo me presento – dijo en son burlón Marcos
-          Tienes razón, eres único, pendejo – respondió Leonardo, burlándose
-          Bueno, voy avan… pero qué demonios – dijo Marcos, y veían como Lucía y Sofía se fueron, bajaron del balcón, seguían conversando allí abajo, y estaban cerca de la piscina, Leonardo no entendía porque
-           Pucha, ahora que – dijo Leonardo viendo que todo se le complicaba, puesto que no sabía que hacer ahora
-          Yo creo que se van a bañar – respondió Marcos, con una sonrisa
-          ¿Tú crees? – dijo Leonardo, creyendo improbable lo que decía Marcos
-          Se han parado por allí para que nos demos cuenta – dijo muy seguro Marcos
-          ¿De verdad? – preguntó Leonardo, inseguro
-          Es más que obvio – respondió Marcos, convencido
-          Entonces, ahora… - dijo Leonardo
-          Entonces ahora metámonos a la piscina de una maldita ves, acompáñame, vámonos, verás que ellas también van a nadar un rato, entremos de una buena ves – respondió Marcos, intentando convencer a Leonardo
-          Ya, vamos – dijo Leonardo, al bajar sus ojos se cruzaron con los de Lucía, ella sonrió, y el también, el seguía viéndola, y Marcos lo jaló del polo y se lo llevó.

-          Ahí están esos vagos, vamos a saludarlos – dijo Marcos a Leonardo, mientras se acercaban a Alejandro, Valentín y Andrea.

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