cada tema, cantaban cada canción a todo pulmón, era un concierto magnífico, los chicos estaban tocando sensacional, todos estaban increíbles, todo era perfecto, Ale se pasó el concierto completo viendo a Leo, siguiendo cada movimiento, cada gesto, como se entregaba a lo que hacía, con los ojos cerrados, a voz en cuello, apasionadamente, Ale comenzaba a sentir algo bonito por Leo en su interior, pero ella tenía miedo, dudas, sabía que eso no estaba bien, no era correcto, tenía sus razones, cerraron el show con la mejor canción que pudieron elegir para finalizar el concierto, los instrumentos seguían sonando, quedaban pocos segundos del concierto en los que Leo aprovechó para agradecer al público querido – Bueno gente esto no hubiera sido posible sin el apoyo y el respaldo de la academia que nos dio una gran oportunidad hoy, estamos muy agradecidos, gracias a todos los que hicieron posible esto, yo… fuera de ser Rocker como me conoce la mayoría de ustedes aquí presentes, soy Leonardo, y esto no lo hago yo, yo solo vengo y canto con ustedes, soy uno más de ustedes cantando estos bonitos temas, solo que yo lo hago desde aquí en un escenario, esto no lo hago yo, esto lo hacen, estos 4 monstros que ustedes ven aquí, ellos son los que los hicieron bailar esta bonita tarde, Juan en la batería, Arnold en la guitarra rítmica, Alejandro en la primera guitarra y Carlos en el bajo, y a nuestra manager que nos hace la movida a todos lados, la señora Carla, gracias a usted también – señalándola entre el público - y nosotros… para cerrar, quiero decir que estamos aquí por ustedes, de verdad mil gracias, por todo el cariño, porque nosotros no seriamos nada sin ustedes los queremos muchísimo de verdad, Gracias a todos y cada uno de ustedes, luchen por sus sueños porque los pueden alcanzar, ¡buenas tardes linda gente, gracias! – Leonardo terminó de decir estas emotivas palabras, dejó el micrófono en el pedestal y los chicos cerraron el show con un solo golpe instrumental, dejaron los instrumentos a un lado, saludaron a la gente con las manos alzadas en señal de despedida y de agradecimiento, en su mayoría gritaban fortísimo, y otro grupo de gente aplaudía, se preparaba una orquesta de salsa para continuar el show del verano, pero para ser sinceros, ninguno de las orquestas y grupos cumbiamberos y/o salseros que continuaron el show hicieron sentir tanta adrenalina y júbilo a la gente – ya una vez fuera del escenario, los chicos se dieron un fuerte abrazo porque sabían que hicieron las cosas bien, la pasaron tan bien como la gente.
- Los veo en 5 minutos en el restaurant – dijo la señora Carla quien planeaba llevar a los chicos a almorzar al restaurant de la playa
- Sí, bien, claro señora – respondieron los chicos
- oh lo siento, yo… ehmmm tengo algo que hacer ahora, de verdad lo siento – lamentó en decir Leonardo, no quería ser descortés ni engreído con la señora Carla, pero necesitaba ver a Lucía ahora, hablar con ella, y no quería perder más el tiempo, ni un minuto más, eso era todo
- Leonardo, no has almorzado, ven, vamos, comes algo rápido y listo – insistió la señora Carla, que no le gustaba que le llevaran la contra
- Es cierto Leo, vamos – dijo Arnold
- Que no, que no, enserio, quisiera pero no puedo, adiós, los veo luego – dijo Leonardo, quien se dio media vuelta y comenzó a caminar rápidamente
- Leo, espera – dijo la señora Carla
- Déjalo ir mamá – dijo Marcos
- Marcos, acompañémoslo un momento, talves nos necesite ¿no crees? – preguntó Alejandro
- Tienes razón, vamos a acompañarlo, les daremos el alcance en unos minutos madre, vallan avanzando – dijo Marcos
- Como quieran, vamos chicos – dijo la señora Carla a Juan y Arnold
Leonardo se encontraba dentro de la multitud, pasando y avanzando entre la gente, buscándola desesperado, necesitaba verla, hablar con ella, se abría paso como podía.
- ¡perra! – gritó Marcos, mientras presionaba la espalda de Leonardo, agarrándolo distraído, intentando asustarlo al verlo desorbitado
- ¿Qué hacen aquí? – dijo Leonardo a Marcos y Alejandro, sonriendo
- Vinimos a ver si talves necesitabas algo, si te hacíamos falta, por si acaso – dijo Alejandro
- Son increíbles chicos, de verdad, enserio ¿vinieron solo por eso? – dijo Leonardo, conmovido
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