jueves, 23 de abril de 2015

jamas 21

-          No nada, pero estoy aquí.
-          ¿Estás solo?
-          No, estoy con Marcos, y tú que has estado haciendo.
-          Nada, me quedé dormido, desde que ustedes se fueron, y por eso te llamaba para saber en don…. – decía Alejandro, y seguía hablando, aunque Leonardo dejó de prestarle atención a lo que decía, ya que de pronto, vio al extremo opuesto del balcón… a ella, allí estaba, su corazón empezó a acelerarse… era ella… encontró a Lucía, los ojos de Leonardo empezaron a brillar con luz propia una vez más, era ella, estaba seguro, no la podía confundir con nadie más – ¿aló?, ¿hola?, ¿me escuchas?
-          Perdón bro, hablamos luego, cuídate.
-          ¿Qué pasa?
-          Nada loco, cuídate.
-          Ok, nos vemos – colgó
-          Mi amor, ahí estas – susurró Leonardo, emocionado, con un brillo mágico en los ojos, sintiendo un gran alivio en el pecho – donde te habías metido tontita, sabía que no me podías fallar, ahí estas, mi vida, este concierto de hoy es para tí, te amo tanto.
-          ¡Dream of californication! – Gritó Marcos, cantando en voz alta un tema que oía con los audífonos puestos y los ojos cerrados.
-          ¡Ahí está!, ¡Marcos!, ¡ella es!, ¡Marcos! – gritaba Leonardo, empujando a Marcos, para que le haga caso, ya que no lo podía ver ni escuchar.
-          ¡Que fue! – dijo Marcos, quitándose los audífonos, mirando sorprendido a Leonardo.
-          Mira bro – dijo Leonardo, con una gran sonrisa pícara, señalando con el dedo índice y el brazo estirado a la altura del hombro hacia adelante.
-          ¿A quién?, ¿a esas 2 chicas?, wow, valla, están bonitas eh, ¿le vas a entrar a alguna? o ¿a las dos?, pero tú ¿no que muy enamorado? – dijo Marcos, echándose a reír – ya vamos, yo le voy a la que está parada, me encanta.
-          No, mira Marcos no empieces con tus cosas, no hables estupideces – dijo Leonardo, sin dejar de ver a Lucía, la miraba como a una diosa, inalcanzable, la contemplaba con una mirada que parecía insinuarle querer pasar hoy la mejor tarde de playa de sus vidas – es ella loco, es ella, ahí está.
-          ¿Cómo?, ¿Quién es?, no te manyo Rocker – dijo Marcos viendo sus rostros, tratando de recordar si las había visto alguna vez, no recordó por un momento lo que Leonardo le había contado durante la mañana, talves era porque recién estaba ¨aterrizando¨ de ese viaje por el espacio que acostumbra a dar con Leonardo cuando se colocan los audífonos a todo volumen, talves por eso, por un instante lo olvidó – No… no me digas, ¿ella es?, ¿de verdad? – recordó.
-          ¡sí!, ¡si loco, ella es! – dijo Leonardo a gritos, emocionado.
-          Valla, entonces si vino la susodicha – dijo Marcos viendo a las dos chicas.
-          Sabía que no me podía fallar… yo sabía que vendría, lo sabía, es… como un instinto con ella, puedo sentir cuando está cerca.
-          ¿Enserio?, que asco estar enamorado en serio, en fin Rocker, ¿cuál es ella? – dijo Marcos.
-          La más hermosa loco, la más hermosa.
-          Para mi están iguales, además de aquí ni siquiera las puedo ver bien, pero de todos modos noto que no están nada mal, todo lo contrario – dijo Marcos, forzando la vista, para tratar de verlas mejor.
-          Es la que está sentada, ella es Lucía, y la otra es del colegio, la que está parada es Sofía, valla parece que se conocen, nunca he sido amigo de Sofía, solo somos conocidos y nos saludamos, pero no he tenido oportunidad de conversar con ella, nunca, la verdad que ahora si me encantaría conocerla, que fuera una gran amiga, talves me podría dar una mano con Lucía, ya que al parecer son amigas – dijo Leonardo, viendo a Sofía, de quien ahora se arrepiente no haber sido amigo, en vez de solo un conocido con el que te saludas.
-          Ehmmm, si quieres yo me hago su amigo rapidito, la verdad que está muy bien – dijo Marcos, viendo a lo lejos a Sofía.

-          Pero qué cosas dices, ni si quiera la conoces bro, y de aquí no la ves bien – dijo Leonardo

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