que se le pudo ocurrir, el escrito dejaba un mensaje en alguna parte sobre el amor, refiriéndose a él, como que era un juego que debía disfrutar, hasta que entre todas las mujeres del mundo, aparezca una en tu vida, que sabes que es para siempre, que es cuando sientes que conoces por primera vez en realidad el significado y la grandeza del amor, el abuelo indicaba que al llegar esta etapa, le entregue un anillo, era su anillo de boda, que lleve esto como un recuerdo de que siempre estará allí para que solucionen sus problemas de cualquier tipo, a esa persona especial la debes encontrar en algún momento de tu vida, no te apures nunca, que sola llega, debes estar seguro de que es ella la mujer de tu vida, el abuelo no le pedía a Leonardo que se lo obsequie como anillo de compromiso, para su matrimonio, el abuelo no pedía esto, pues consideraba que era un anillo no muy fino ni lujoso, pero con un gran valor simbólico para él y su esposa Letty, la abuela de Leonardo, y que esperaba les trajera buena suerte para que todo siempre marche bien entre ellos.
Al recordar esto Leonardo, va a casa a desempolvar entre sus cosas, buscando por toda la habitación donde había dejado el anillo que hace años no miraba, y lo encontró.
Hey, sigues igual que siempre, tan simple, pero con ese aroma de amor inmortal - Dice Leonardo con una sonrisa enternecida - Gracias abuelo - Dice ahora mirando hacia arriba como hablándole a su abuelo, a quien idealiza esperándolo en el cielo - La encontré, es ella, te amo Lucía.
Leonardo dudaba, no sabía si entregarle el anillo hoy en el ensayo de la banda al finalizar, o al día siguiente en la tocada en la playa.
Eran las 4 de la tarde, hoy era un día soleado, talves algo cálido, y las horas pasaban, el encuentro de Leonardo y Ale esta tarde está cada vez más cerca, cada vez falta menos, Leonardo coge su móvil dispuesto a enviarle un mensaje, Leonardo había decidido proponerle salir un par de horas antes de lo acordado, talves a pasear o llevarla a conocer lo buena que está la ciudad, Leonardo está convencido, que a pesar de que la ciudad tenga algunas carencias, tiene la suerte de haber nacido en la mejor ciudad del mundo, y no sería mala idea llevarla a conocer alguna de las calles.
- Hola bonita, ¿Qué tal? – Escribe Leonardo en un mensaje a través de su móvil.
- Hola, normal – Responde seca Ale.
- Leonardo trató de no prestarle mucha atención a esa respuesta – ¿Cómo estás?
- Mal, no quiero hablar con nadie – Dijo Ale, quien la estaba pasando fatal en casa.
- ¿Por qué?, ¿Qué pasó? – Escribe preocupado Leonardo.
- Nada, y no me hables, no quiero hablar con nadie, no quiero tratarte mal, no podré salir, estoy mal, de verdad lo siento – Responde Ale, sollozando.
- De verdad me gustaría ayudarte, pero está bien, te entiendo. – Escribe con los ánimos por los suelos Leonardo, y sigue - Que te pongas mejor entonces, hablamos cuando estés más calmada. – Leonardo tiene una idea - Voy a hacerte algo, y cuando lo tenga listo, te lo envío, ¿Te parece? – Escribe Leonardo, mientras se puede ver una sonrisa traviesa en su rostro.
- Ya, gracias – Responde Ale sin ánimos de nada.
Leonardo debería estar fatal, ya que no saldrá con Ale esta tarde, pero esto no fue así, Leonardo pensó en algo inteligente, si Ale se sentía mal, había que sorprenderla con algo que le alegrara el día, algo que la haga sentir especial, y pensó en que podía hacer desde aquí para sorprenderla, y entonces se le ocurrió algo de pronto, pensó en lo primero que pasó el despertar por la mañana el día en que la conoció, recordó que lo primero fue esa señal mágica en la radio, escuchar un tema que se volvió su favorito con oírlo solo una vez, Arrancacorazones, ese es el nombre de la canción, Leonardo llamaba así a Ale en ocasiones en sus pensamientos, entonces, pensó en esto – La mayoría de patas, hacen lo clásico, pucha agarran una canción que les parece bonita, y se la mandan a su flaca o a esa chica especial, pero solo ponen copiar, pegar y listo, pucha a lo que salga, no pues, yo no puedo hacer lo mismo, no… eso es para los que solo lo hacen por cumplir, gracias a dios caracho, siempre te tengo a ti, mi colorada querida caray – Refiriéndose a su guitarra eléctrica - Hoy sacamos las mejores melodías que tengas caracho, ahora mismo, por ella, esto por tí bonita, te amo arrancacorazones, va para tí – Leonardo notó algo extraordinario, sentía sus dedos mucho más potentes, veloces, habilidosos, sueltos
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